Por fin buen tiempo...
El viernes por la tarde quedé con Jorge, un amigo de la uni, que había venido de Berlín a pasar unos días con sus amigos. Pasé toda la tarde con ellos. Por la noche fuimos todos a casa de Victor a darle una sorpresa por su cumpleaños. Él llegaba de viaje, y nosotros le esperamos dentro de su casa. Fue divertido.
El sábado por la tarde, cogimos un barco con destino a Tallin: la universidad se había encargado de vender tickets para este barco a unos 600 estudiantes. Si normalmente en estos barcos ya hay gente que bebe de más… imaginaros si se juntan 600 estudiantes... menudo espectáculo. El caso es que, durante la travesía, nosotros procuramos evitar los pasillos dónde estaban los camarotes, porque allí es dónde las cosas estaban peor. Al final lo pasamos bastante bien, y nos fuimos a dormir relativamente pronto para poder visitar Tallin al día siguiente.
Tallin no es muy grande, así que se puede visitar bastante rápido. Una vez más, una familiar de Igor (su prima) nos hizo de guía. La ciudad me gustó, pero estuvo lloviendo todo el día sin parar… menos mal que nos refugiamos durante unas dos horas en un restaurante… Por la tarde paseamos un poco más, y vuelta al barco. A pesar del desmadre general de la noche anterior, la gente seguía con ganas de marcha. Nosotros una vez más conseguimos evitar las concentraciones de borrachos...
Llegamos a Estocolmo el lunes por la mañana, dispuestos a currar de nuevo, ya que el viernes siguiente teníamos la primera entrega. El jueves a medio día llegó Pepe (o Jose Luis :P) y aprovechamos la tarde para pasear un poco por Estocolmo. El día siguiente tuvimos la entrega, que prefiero no comentar, y después me encontré con Pepe para turistear un rato más. Antes del atardecer nos juntamos unos cuantos a tomar un café en una terracita en el centro. El sábado un poco más de turismo, y el domingo por la tarde teníamos preparada la segunda sorpresa para Victor. Le subimos en un tren si saber a dónde iba, y ya llegando a nuestro destino, un escenario de paintball, le vendamos los ojos. Sólo pudo abrirlos cuando ya estábamos todos vestidos con las máscaras y las pistolas en mano… menudo susto se debió llevar el pobre… :P Lo pasamos genial jugando al paintball y acabamos cuando ya se ponía el sol.
El lunes nos fuimos Pepe, Maite y yo a comer al mercado y a ver un poco más Estocolmo. Pepe ha tenido una suerte con el tiempo… ha hecho sol casi todos los días.
1 comentario:
que suerte tener tan buenos amigos!!!
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