Viaje al Círculo Polar

Este fin de semana ha sido para no olvidar. El jueves cogimos un avión con destino a Kiruna: es una ciudad que está unos 300km al norte del círculo polar. Fuimos doce amigos en busca del frío arctico y las auroras boreales...
Llegamos a Kiruna a medio día y nos dió tiempo, antes de ir a nuestra cabaña, a visitar las minas de hierro que han hecho de Kiruna lo que es hoy. Fue un viaje a las profundidades de la tierra en autobús por largos túneles. La bajada fue lo que mas me impresionó, porque una vez abajo, solo pudimos acceder, como es lógico, a una zona que tienen montada para turistas con exposiciones y videos. Obviamente no nos iban a llevar a dónde estaban trabajando los mineros...



Después de la visita, nos vino a recoger el señor que nos organizó todo, y nos llevó a nuestras cabañas, que estaban a 15 km de la ciudad, lejos de la contaminación lumínica, al borde de un gran lago helado. La verdad es que el sitio no podía ser mejor. Una cabaña muy cuidada, sauna en medio del lago, nieve y frío, sobre todo, mucho frío. El recibimiento no pudo ser mejor. Según nos bajamos de la furgoneta para descargar el equipaje, miramos al cielo, y ahí estaban esas pinceladas verdes, inconfundibles. Estabamos viendo las primeras auroras boreales. Es algo increible. Ese día no dió para mucho más. Unas cuantas fotos a -20ºC y a dormir.





Al día siguiente nos levantamos pronto: nos esperaba un día intenso... Nos dieron unos monos especiales, unas botas casi de astronauta, dos pares de guantes, casco y gafas... nos esperaban las motos de nieve :D Menuda experiencia... Ibamos dos por moto y condujimos la mitad del recorrido cada uno. Es increible surcar a más de 100 km/h los lagos helados hasta arriba de nieve, y deslizarse entre los árboles, en medio de los bosques, viendo renos de cuando en cuando...







Estuvimos todo el día con las motos, pero a mitad de jornada hicimos una parada en el Ice-Hotel. Es un hotel bastante peculiar, y algo fresco :P La verdad es que impresiona pensar que lo tienen que construir cada año...









De vuelta el guía nos invitó a comer carne de reno con patatas alrededor de una hoguera a pesar de que la temperatura no debía pasar de -10ºC... suerte que llevabamos esos monos... y unas cuantas capas más.



Después decidimos ir a la sauna (de las auténticas, de las que hay que calentar con leña) y pasamos ahí un buen rato. Cuando no podíamos más del calor, teníamos dos opciones: o nos salíamos a la nieve en bañador 30 segundos o nos metíamos en el lago helado a través de una trampilla que había dentro de la sauna...brrrr que frío, pero luego te quedabas nuevo.





Al día siguiente cogimos un tren con dirección a Narvik (es un pueblo noruego, más al norte, en el inicio de uno de los fiordos) El viaje en tren mereció la pena, menudos paisajes... en Narvik no estuvimos más que una hora, pero vamos, tampoco había mucho que ver allí.





Por la noche, ya en nuestras cabañas, nos asomamos a la ventana y vimos que había auroras, así que salimos al medio del lago bien abrigados, y vimos unas auroras impresionantes. Verdes, con matices rojos, con movimientos rápidos... vamos indescriptible. Ni viendo fotos se puede hacer uno una idea de lo que es ver el cielo iluminado de verde...











El domingo por la mañana tuvimos excursión en trineo tirado por perros. Estuvo muy bien, a diferencia del paseo en moto, con esto te da tiempo a disfrutar un poco más del paisaje, del silencio...









Y por la tarde... un poco de esquí de fondo... primera vez que nos poníamos unos esquís de esos, pero mereció la pena. Eso sí, terminamos agotados... Y por la noche, una vez más, las auroras boreales estuvieron presentes.



En resumen, un fin de semana para recordar.